Elogio de la crítica en tiempos aciagos

Sobre La gorra coronada. Diarios del macrismo, del Colectivo Juguetes Perdidos.

(Tinta Limón, 2017).
Por Andrés Tzeiman

 

Como es lógico en todo tiempo en que las fuerzas populares atraviesan una dura derrota política, el campo ideológico no resulta inmune. Desde ya, siempre existen elementos latentes de forma previa a la derrota, para que de pronto se pueda producir ese vuelco inesperado (enfatizaremos en ello más adelante). Pero, en cualquier caso, ya a esta altura parece evidente que cuando sobreviene la catástrofe, ciertas “certezas” hasta entonces supuestamente consolidadas, entran en conmoción. Así, el ejercicio de la crítica es puesto súbitamente en jaque. Los apologetas de ayer, se vuelven los desentendidos de hoy, y murmuran contra un pasado al que no se debe regresar. De ese modo, claman por convertir el debate público en puro presente. Y se colocan el traje de artífices de un análisis fenoménico que deviene moda. Con ello, el cuestionamiento de lo dado se transforma en una herejía: lo que es, es, y punto. La tarea por excelencia, por lo tanto, es comprender objetivamente lo que hay.

Frente al asedio de la crítica que atraviesa el campo ideológico de la Argentina actual, y ante la transformación de las relaciones de fuerzas al que asistimos en el universo intelectual, La gorra coronada es un trabajo que guarda una enorme valía. Porque, creemos, su estudio de la realidad nacional parte de una crítica de la ideología contemporánea: niega de plano la posibilidad de replicar lo que el macrismo dice acerca de sí mismo. En sus propios términos y acuñando sus propias metáforas, categorías y conceptos (osados, irreverentes, desarropados) realiza un análisis de la sociedad argentina sobre la base de las condiciones de vida de las mayorías populares en nuestro país. Para el cual no se estanca en lo que sucede en la superficie. Por el contrario, coloca su foco de atención en las corrientes subterráneas de la sociedad civil argentina.

En ese sentido, quisiéramos aquí sostener una hipótesis sobre el libro de referencia. Según nuestra mirada, La gorra coronada es capaz de realizar una crítica de la ideología en el proceso político del macrismo, porque previamente ha realizado (o realiza a la par) una crítica de la ideología en torno a la Argentina kirchnerista. Más allá de nuestro acuerdo o desacuerdo con la valoración política de los autores acerca de la experiencia del kirchnerismo, el libro pone en cuestión ciertos lugares comunes que desde los núcleos de apoyo más férreos a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner tendieron a repetirse quizá con demasiada frivolidad. “Crecimiento con inclusión social”, “volvió la política”, “los jóvenes regresaron a la militancia”, “recuperamos el Estado”, o a la luz de los acontecimientos, la más trágica de este tipo de afirmaciones… “esto es irreversible”. Pensamos que la crítica de lo que el kirchnerismo supo decir acerca de sí mismo, es una condición de posibilidad imprescindible para no hacer lo propio con el macrismo. Y ello resulta un punto de partida fundamental en La gorra coronada.

Decimos esto porque La gorra coronada concentra su análisis de la Argentina contemporánea en un aspecto que consideramos clave para pensar las formas de opresión que son características de nuestra época. Así, el libro establece como eje de gravedad el problema de la precariedad de la vida. Es eso que los autores denominan precariedad totalitaria, es decir, la inestabilidad o la incertidumbre que recorren el conjunto de las esferas en la vida de los sectores populares. El libro habla de una “intranquilidad permanente”, de un “terror anímico” inmanente que exuda en todos los poros de la sociedad. Esa flexibilidad que es entendida por el neoliberalismo como virtud social y como articuladora exitosa de las vidas, es en este trabajo decodificada como precariedad absoluta.

Tal idea de precariedad totalitaria se vuelve un elemento sustancial para pensar el macrismo porque ella es el huevo de la serpiente de la violencia que circula en lo más cotidiano de las vidas populares: el barrio, el transporte público, el trabajo, la familia, la pareja. La precariedad invade y se impone como constricción en el desenvolvimiento del conjunto de las esferas en que transcurren las relaciones sociales. ¿Qué tiene que ver el macrismo con todo esto? Allí se focaliza la problematización que propone La gorra coronada. Pues en el procesamiento ideológico de esa precariedad trabaja rigurosamente el macrismo. La llave para comprender críticamente tal experiencia política se halla, entonces, en la dimensión protagónica que asume el autoritarismo social. El engorramiento, tal como lo llaman creativamente los autores, está ampliamente difundido “por abajo”. El macrismo, dice el libro sobre el engorramiento, “lo lee, lo registra”, en vistas de operar sobre las fuerzas más oscuras de la sociedad argentina. Allí está, pues, la nota distintiva del macrismo: “la sensibilidad y la liturgia gorrera llegaron al palacio”. Hablamos, por lo tanto, de un intento deliberado por convertir el engorramiento en política de Estado.

La gorra coronada siembra interrogantes. Con ese fin, su verborragia no resulta en vano. Funciona como un modo de impactar, de sacudir al lector, de forma tal de poder convidarle con efectividad discursiva ciertos dilemas que no suelen integrar el menú principal de la urgencia política, pero que constituyen la sustancia en que ella se despliega. Mucho podríamos decir sobre el proyecto estratégico del macrismo como ofensiva salvaje del capital contra el trabajo, como ariete de las clases dominantes para inscribir a la Argentina de forma subordinada en el concierto del capitalismo internacional contemporáneo. Desde nuestro punto de vista, ello no resulta un aspecto secundario. Más bien, diríamos todo lo contrario. Pero La gorra coronada nos propone una mirada alternativa, que según nuestra consideración no se contrapone con aquel abordaje. El libro nos invita a reflexionar sobre la precariedad de la vida, que aun cuando no constituye una novedad en Argentina, sí ha encontrado en el macrismo un modo novedoso de administrarla ideológica y políticamente. Se trata de un gobierno que se encarga eficientemente de garantizar y promover desde el ejercicio de la dirección estatal que cada sujeto pueda gozar de un uso indiscriminado de su gorra, reproduciendo no solo las condiciones de vida existentes, sino también el modo brutal y violento de vivirlas cotidianamente. La crítica de ese “engorramiento” coronado y de esas “fuerzas anti-todo” que se embarcan apasionadamente en la profundización del modo de vida violento y autoritario, es materia excluyente de las reflexiones que componen el libro en cuestión. Así, dicho trabajo capta sensiblemente un interrogante esencial de la Argentina actual, que para muchos ojos permanece invisible y oculto. Por eso, creemos que en estos tiempos aciagos, donde la indignación ante lo existente pareciera difundirse como un aspecto indeseado y contaminante en la práctica intelectual, los argumentos sostenidos en La gorra coronada resultan un urgente y necesario elogio de la crítica.